¡No me maltrata, te digo!
¡Mira que hermosa mi casa!
De mármol mi piso,
antesala, sala, comedor, biblioteca y cocina,
cuatro baños, cinco habitaciones, terraza y piscina.
¡No, no! ¡No me maltrata, te digo!
Me regaló un carro último modelo
y hasta para la fiesta me escogió vestido.
Dice que negro y corto debo llevar mi cabello.
¡Qué no, que no me maltrata, te digo!
De sus manos no he sentido golpes.
He recibido dinero medido,
Para gastos según me sean permitidos.
¡No, no insistas! ¡Que no me maltrata, te digo!
Sí, es cierto, hablo en la cena si él me lo pide.
Yo no sé nada, él es brillante, el que sabe de deportes,
de economía y de luchas en otros lares.
Y sí, se me quiebra la voz,
porque no comprendo tu insistencia conmigo.
¿Cómo puedes decir que sin golpes aún es castigo?
¿El sexo? Yo pongo mi cuerpo cuando él quiere
y hasta que él termine.
No, de orgasmos yo no sé nada.
Pero ya ves, no hacen falta.
¡Mira lo bien que vivo!
No, él no me maltrata.
Y si lloro, es porque hace muchos años,
justo al casarnos,
me llevó a operar para que no tuviera hijos.
Autora: Yolanda López López